miércoles, 29 de febrero de 2012

Diaghilev


Desde hace ya mucho tiempo nuestra cultura se plantea la llamada obra de arte total. Deferentes ramas artísticas conviven en una obra única. Música, poesía, concepto argumental, movimiento y tantas otras formas artísticas son percibidas como complementarias y susceptibles de ser utilizadas para crear una realidad virtual que las trasciende. Se trata de que todo lo que nos rodea sea de suficiente calidad artística (la máxima calidad artística de hecho) sin que ningún elemento extraño diluya nuestra percepción de encontrarnos en un mundo ideal. 

Wagner se planteó una obra total en que la música, la letra, el argumento y la realización plástica fueran novedosos y perfectos. Este concepto integrador también se abordó en la secesión vienesa especialmente aplicado a las artes plásticas. Llegaron a crear un pabellón en que  cada aspecto expositivo estuviera meticulosamente cuidado. Se trataba de crear algo parecido a un templo del arte. Hace unos años tuvimos ocasión de asistir a una extraordinaria muestra en la Fundación Juan March en que se nos mostraban los frescos de Klimt rodeando la estatua de Bethoven caracterizado como nuevo héroe romántico. Se acompañaba de la audición de un fragmento de la novena simfonía dirigida por Mahler y el friso creado por Klimt contenía una representación plástica de la misma. 

Ahora tenemos ocasión de ver un intento similar en la muestra sobre los ballets rusos presentada en Caixaforum. Diaghilev, un exiliado ruso intentó en sus representaciones aunar lo mejor de su tiempo, la danza de Nijinski, la música de Stravinski, las formas plásticas de las vanguardiasY surgieron el pájaro de fuego o la consagración de la primavera. 

Espectáculos extraordinarios en que todo estaba calculado para crear una realidad deslumbrante, casi una experiencia mística. Este enlace permite la visita virtual de la exposición.

Y este es un video de la exposición en Barcelona.



Entre otras muchas cuestiones interesantes aparece la relación de los Ballets Rusos con España, Falla, Turina, Sert, PicassoLos ballets rusos permanecieron bastante tiempo en España e incluso realizaron una amplia gira. 

En la exposición vemos los trajes, muy bien conservados aunque probablemente pensados para ser contemplados desde distancias más largas, las danzas, las músicas desprovistas de su contexto. Todo ello nos habla de un mundo perdido en que los programas de las representaciones a veces se imprimían en seda y los espectáculos recorrían las capitales europeas auspiciados por reyes. 

Las representaciones de Wagner, el pabellón de la secesión vienesa, los ballets de Diaghilev son momentos estelares de muestra cultura, casi arte efímero, que quedan en el recuerdo formando un imaginario mágico mucho tiempo después. Disfruten de Franco Battiato cantando en español un precioso tema que cita nuestros personajes y que nos habla de los conflictos entre el arte y la realidad, entre la vida y los deseos de superación de las personas.

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